Al final se ha pasado Kafú (como toda esta semana) a última hora de la tarde para que bajásemos a tomar unas cañas. Y se le ha ocurrido una buena idea; ir a la terraza del portiño, de la que le he hablado en numerosas ocasiones y que no conocía. Feliz ocurrencia: cuando estábamos tranquilamente tomando unas cañas y viendo la puesta de sol, comenzó una actuación en directo de Jazz Electrónico. Impresionante. Lo hemos pasado de miedo.
Pero nos hemos retirado temprano. El tenia que ir a recoger a Silvia (su novia) y yo quería regresar a una hora decente para casa. Mañana a las 11:30 quedé con mi hermano Iván para desayunar en el Dublín y a eso de las 12:30 tengo que estar en casa de Manolo Gil para ayudarle a desmontar un armario y comer. Después llamaremos a Pedro para ver si esta libre y bajar por la tarde a tomar algo por ahí. Fin de semana relajadito. Probablemente ni salga por ahí el sábado por la noche. No tengo el cuerpo para demasiadas batallas...
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